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12 A nuestros jefes los colgaron de las manos,
    y ni siquiera respetaron a nuestros ancianos.
13 A nuestros mejores jóvenes los pusieron a moler;
    los niños tropezaban bajo el peso de la leña.
14 Ya no se sientan los ancianos
    a las puertas de la ciudad;
    no se escucha ya la música de los jóvenes.

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